martes

Etapa 2 Eremo de Cerbaiolo..Sansepolcro..Parte 1º






Amanece en el Ostello Franciscano… veo como poco a poco se ve más claridad por la ventana, os cuento como ha sido para mí esta noche….
Antes de acostarme hice la ultima foto, y a continuación me estuve un buen rato con el ojo bajo el grifo…el agua fría me calmaba bastante, después me acosté y conseguí dormirme tras un buen rato de dolor. A las 4 de la mañana el dolor fue a mas y me impedía conciliar el sueño…pensé que algo malo tenía y que necesitaba ir a un hospital cuanto antes….
María que estuvo padeciendo mis quejas de dolor, me dijo que me calmara, que estábamos tan aislados  que nos sería imposible bajar por el camino a oscuras…yo sabía que era imposible salir hasta que amaneciera, por lo que pasé el resto de la noche a oscuras, a ratos en el grifo con el agua fría en el ojo y a ratos en la cama sin poder dormir. Sentía una gran quemazón y al intentar abrirlo sentía como si el parpado arrastrara arena y más quemazón….
Por fin la luz del día entraba por la ventana, para mí era lo más deseado, pero  a medida que la luz se hacía mayor, el dolor y el no poder abrir el ojo se incrementaba, con la parte del ojo hinchada saqué las bicis del cuarto.

Lucca llamó a emergencias y le contestaron que en Pieve había hospital pero no tenía oftalmología, teníamos que ir a Sansepolcro que se encontraba a unos 20 km. Nuestros amigos se ofrecieron a acompañarnos, pero era una locura. Lo que sí hizo Fulvia fue ponernos en una nota en italiano lo que me había sucedido, así sería más fácil explicárselo al médico, o eso creíamos nosotros en ese momento.



Fuera del Ostello el bosque se hace notar,  bajar las bicis con un sólo ojo se hizo muy difícil…el ojo del que hablo tiene 4 operaciones y ahora también cataratas, por lo que para mí fue todo un logro bajarlas sin caerme.



Antes de llegar abajo, la cosa se complica mucho con ramas muy bajas que al no verlas me dieron en la cara, no tuvo mayor importancia, pero me di cuenta que el día de hoy sería muy complicado para mí por la poca visión que tenía.



Mientras yo colocaba las alforjas y todo bien atado con pulpos…Fulvia y Maria preparaban “la colazione”… el desayuno... Luca me estuvo echando una mano…podréis creerme que hice muchas fotos pero al no ver salieron muchas para borrarlas, esta es del momento que vamos a desayunar.



Cartel con las normas del Ostello Franciscano.



Después del desayuno y de dejar todo fregado, salieron todos fuera, pues yo tengo que salir por la puerta de atrás, esta tiene cerrojo de salto y al salir se queda todo cerrado.
Al fondo podéis ver a Maria y Fulvia mirando la guía del camino, para intentar volver a estar juntos, pero nuestro destino es muy distinto.



Aquí podéis ver a Fulvia ya María despidiéndose….



El abrazo de Lucca besando a María fue muy emotivo, al igual que el que me dio a mí…aunque yo tenía la cabeza en otro lado…sólo pensaba en llegar cuanto antes a un hospital.



Esta es nuestra ultima foto juntos…nuestros amigos Fulvia y Lucca ya no estarían mas con nosotros, algo dentro de mí me decid que así sería…y no porque no quisiera, sino… porque como ya he dicho antes veía el fin de nuestro camino en el hospital.



Toqué muchas veces la campana avisando así de nuestra marcha, desde el Cerbaiolo el guardes la oiría y sabría de nuestra eminente marcha.



Toda la dura subida de ayer ahora es bajada, pero en mas de una ocasión pusimos los pies en el suelo por miedo a caernos, además me di cuenta que cada vez veía menos, lo que hacía imposible saber si había o no piedras, baches o cualquier otra cosa.



Para mí los tramos sin sol eran mejor, a más oscuridad el ojo tenía una leve abertura y visión, cosa que con la luz del sol era imposible…pero estas zonas sombrías y a estas horas nos dejan helados de frío. Las velas las llevo ya hace un rato.



Al perder de vista a María perdía la visión y al final ella tenía que parar para que yo la siguiera.



Estuve a punto de caerme varias veces, aquí esta María esperándome después de otro susto…había mucha graba y como no la veía se me torcía la rueda de adelante y al final tenía que poner los pies como los Picapiedra.



Llegamos al pequeño asfalto, y aquí no me fue mucho mejor, en un badén me salí a la cuneta, y por esas suertes que me acompañaban la inercia me volvió a meter a la carretera.



Por fin llegamos al cartel de madera... ya estamos cerca de la carretera.



Cogimos la carretera y al fondo vimos estas casas que yo creía que era el hospital, pero sólo eran ilusiones y las ganas de llegar.



El siguiente tramo fue más fácil, yo me limitaba a seguir el grueso de bici de María.



Ahora vamos paralelos al río, por lo que el terreno es favorable.



La carretera es plana y con alguna recta, en este tramo tan fácil a la vista surgieron los primeros contratiempos.



Gracias a que no tiene apenas trafico… pudimos esquivar los montículos de la derecha, estos fueron el primer susto pues no los veía…estos montículos son producidos por las gruesas raíces de los árboles, y aunque yo lo veía plano, no, no lo era.



Aquí podéis ver lo que nos quedaba para llegar al hospital en Sansepolcro…14 interminables kilómetros…con el ojo cerrado por la inflamación y unos dolores terribles.



Es curioso en Italia lo fácil que es entrar en una autovía…cuando casi estábamos entrando…nos avisaron desde un coche y retrocedimos…parecía que entrábamos en una comarcal…y resulta que era para la autovía. Aunque yo no lo veía María me decía que por el otro lado era mas corto.



Después de unos kilómetros tuvimos que parar a echarme agua en el ojo pues era como una quemazón y el agua fría me aliviaba, en esta parada nos quitamos ropa.



Lo que vino después fue una gozada, fijaros en la foto a la derecha, esta la autovía y claro, al no ser de pago, pues todos van por allí, por lo que estamos Maria y yo solos en la carretera.



Esta se convierte en un sube y baja….y con tramos de bosque bajo.



Llegamos al desvío de San Lorenzo de Baldignano, pero no podíamos desviarnos,…porque lo prioritario era llegar al hospital.



Este tramo de sube y baja, lo hicimos bastante cómodos porque tampoco eran muy pronunciadas la cuestas.



En este tramo vimos varios ciclistas aprovechando la total ausencia de coches.



En el siguiente tramo lo pase francamente mal…no veía a María y una de las veces me di cuenta que iba por el carril contrario porque toqué el arcén, en la foto podéis ver mi posición, por lo que os podéis hacer una idea de mi problema con la vista.



A nuestra derecha esta el lago Montedoglio……………



Al perder la estela de María tuve que bajar el ritmo para asegurar no salirme…lo que contribuyó a estar cada vez mas lejos de ella.



De pronto me vi solo en la carretera y seguí como pude esperando encontrar a María….



Menos mal que me estaba esperando en el siguiente cruce, aquí giramos a la derecha y bajamos en dirección al lago.
La continuación de esta etapa ya esta en marcha se publicara cuanto antes.
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1 comentario:

  1. ¡¡Que momentos más duros!! Es de verdad esos momentos en que te planteas abandonar un sueño que no se cumple... o seguir con el dolor en el cuerpo... me he puesto por unos instantes en tu piel, sintiéndome pérdida sin poder ver, y estando en soledad... aunque aqui hay un ingrediente muy importante que te hace empujar a seguir..sabes cuál es??? el amor, sí amigo, el amor... Maria estaba allí, y te esperaba... tú lo sabias... y eso te empujaba!!! que me estoy emocionando!!! joooooo.... (soy una romantica, lo reconozco).... BESOS!!

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